Letras de las Coplas, Plegarias y Saetas dedicadas
al Señor de la Humildad
ALMA MÍA LEVANTA
Alma mía levanta
Tu mirada hacia el Calvario
Y contempla los dolores
De tu salvador amado.
Una corona de espinas
Ciñe su divina frente
Y, en medio de su Humildad,
Su grandeza resplandece.
Llego, pues, hasta tu trono
Con el alma contristada
Y el corazón en los labios
Para alzarte esta plegaria:
¡Jesús amado, heme aquí,
Ante tus divinas plantas,
Intercede por nosotros,
Por los que Padre te llaman.
Y cuando suene el reloj
De la Eternidad Sagrada
Anunciando que mi vida
Deja este valle de lágrimas.
Entonces, Jesús amado,
Dadle salvación a mi alma
Y suba contigo al Cielo
Como sube mi plegaria.
Letra: Agustín Rodríguez.
Música: José Arcos. (1923).
CANTEMOS TU GLORIA
Cantemos tu Gloria
La frente humillando,
Señor recordando
Tu amor y Humildad.
Salvarnos los hombres
A Ti lo debemos
Y así celebremos
Tu amor y humildad.
El hombre tu hechura
Se goza en tu ejemplo
Y admira en el templo
Tu imagen alzar.
Y tierno y ferviente
De amor compungido
A Ti agradecido
Se pone a implorar.
Y siempre en la iglesia
Sus penas mitiga
Y allí la fatiga
Ya no es aflicción,
Pues mira tu sangre
Gloriosa vertida,
Tu cuerpo en su vida
Llorar devoción (sic)
Letra: Agustín Rodríguez.
Música: José Arcos. 53
HAN LACERADO TU CORAZÓN.
(Sentado en dura peña)
Clavado en cruz afrentosa
Está expirando mi Redentor,
Los mis pecados y mis injurias
Han lacerado su corazón.
Divina sangre ha vertido
Por redimirme mi buen Jesús,
Mas mis pecados y mis injurias
Solo le ofrecen mi ingratitud.
Sentado en dura peña
El Rey del Cielo postrado está,
Y el poderoso Creador del Mundo
Nos da ejemplo de su Humildad.
Letra: Agustín Rodríguez
Música: José Arcos. VIVA EL HUMILDE
En una roca esculpida
por golpes de oscura infamia
Humilde está el Rey del Mundo
sentado por nuestras almas.
CORO:
Y el dios de nuestras vidas
en esta afrenta única
llevaba como túnica
la piel con las heridas.
Puñales de pena doblan
su frente. Su mano santa
sostiene el cárdeno rostro
por donde ruedan las lágrima.
CORO:
Y calla porque al sufrir
paciente las amenazas
está salvando a los hombres
está lavando sus faltas.
Letra Carlos Delgado Álvarez de Sotomayor
Música: Rafael Sánchez Pérez. (1998)
SANTO DIOS DE LA HUMILDAD
Quieren ofrecerte el lirio
De su fe y de su piedad
Los hermanos de El cirio
Que te aman con delirio
Santo Dios de la Humildad.
Letra: Manuel Mendoza Carreño.
Música: Rafael Sánchez Pérez.
Compuesta para el Pregón de la Semana Santa 2002
a cargo del hermano de El Cirio Rafael Jurado. 54
Otros Cánticos Corales
SAETAS COREADAS
Alondras y ruiseñores
cantad al venir el día
y en el cáliz de las flores
bebed lágrimas que envía
la Virgen de los Dolores.
La sangre pura brotaba
por cuantas venas tenía
y un sudor frío le entraba
y el alma se le salía
a cada paso que daba.
¡Viva Jesús Nazareno
La Virgen de los Dolores
Las tres Potencias del Alma
Y también los siete Dones!
LA DIANA.
Jesús de Nazaret, de Nazaret,
que vas llevando tu Cruz,
que lleva esa Cruz,
radiante como el sol
del firmamento andaluz.
Jesús de Nazaret, de Nazaret,
divino y dulce rabí.
El pueblo, con fervor,
te adora con frenesí.
¿Por qué será?
Porque así fue,
que tras de ti va el pontanés,
que extraño es que tu pasión
le arrebató el corazón,
y el corazón, y el corazón y el corazón.
Y esta Diana divina y humana
que los romanos nos invita a subir
y nos anuncia que ya bajo el arco
está el Patrón de Puente Genil (bis)
Música: Maestro Medina.
Letra: Manuel Reina Porras.
HIMNO DE LOS AUSENTES
Puente Genil de mi alma
rincón querido de España,
tus hijos en hermandad,
aquí reunidos, te añoramos
una vez más.
Vivir con la pena de la ausencia,
morir con la fuerza del amor,
siempre soñando
con el Genil y la huerta,
con la vuelta a nuestro pueblo
de la ilusión.
Vivir con el corazón sangrando,
morir al estar lejos de ti,
hijos del llanto
lejos de su tierra amada,
unidos en la distancia,
Puente Genil.
Puente Genil
quiero ver tu cielo azul,
quiero subir cantando hasta Jesús,
al pie de la Cruz,
Puente Genil,
dime cuando volveré,
cuando veré tus riberas
y en tu ermita rezaré
al Patrón.
Música de La Matraca: José Arcos.
Letra: José Manuel Reina López. 55
MADRE DEL AMOR
(RECUERDO)
Madre del Amor
tu amargura es
el preludio del dolor
que vas en pos de un gran querer. (bis)
Deja Jesús, déjalo ya
que con tu ejemplo vivirá
salvando al mundo y a la verdad
salvando aquel que en él creyó. (bis)
Madre del Amor
tu amargura es
el preludio del dolor
que vas en pos de un gran querer.
Judas el traidor
que siempre fue y existirá
te pido Redentor, no llegue a dominar
pues tu humildad, símbolo fue
de nuestra fe, para salvar
la eternidad, de lo mortal
que al fin tendrá que rendirse a tus pies.
Música (Recuerdo): E. Cejas y J. Arcos.
Letra: Florencio Barahona.
BATIDO
Batido por las olas de la vida,
como la nave que perdió el timón,
buscando un puerto voy, Virgen Santa,
con las penas de mi corazón. (bis)
Cuando furiosa la tempestad
hiere mi pecho con su rugir,
tu dulce nombre me trae la calma
y una esperanza siento en mi latir.
Cuando te invoco en la soledad,
cansada el alma de padecer,
siento el consuelo de tu mirada,
como la estrella del amanecer.
¡No me dejes, Madre mía,
con mi pesada cruz,
dame la paz y la alegría,
como un rayo de luz!
Bella estrella de los mares,
que alumbra mi dolor,
templa del alma los pesares,
Madre dame tu amor!
COPLA AL SANTO SEPULCRO
Envuelto en blanco cendal
tu santo cuerpo reposa,
y por tu muerte gloriosa
es el duelo universal.
En el funeral (bis) concierto
a tu bendita, bendita memoria,
los hombres tocan a muerto
y los ángeles a gloria. (bis)
(Coro) Viernes Santo, triste día,
murió Cristo en el Calvario,
y de la cruz descendía
al sepulcro solitario.
(Solo) En quejidos lastimeros
llenos de dolor y espanto.
(Coro) Se estremece el Orbe entero
la noche del Viernes Santo.
(Solo) Entonemos los mortales
(Coro) Llenos de dolor profundo.
(Solo) Tristes cantos funerales
(Coro) Por el Redentor del mundo.
Música: Miguel Gant.
Letra: Miguel Romero. 56
Letras de las Coplas, Plegarias, Saetas y Poemas a Jesús Nazaremo
COPLA A JESÚS NAZARENO
Ay, Jesús mío
mis culpas fueron
las que te hirieron
yo fui, yo fui.
Delirio insano,
amarga suerte,
yo dura muerte,
mi bien te di.
Pero la sangre
de ese costado
que yo he rasgado,
me ha de lavar.
Porque con ella,
a tu homicida,
virtud y vida
le quieres dar.
Piedad Dios mío,
del pecador
que gime y llora
por tu dolor.
Jesús del alma,
nuestros pecados
son perdonados
por tu pasión.
Coro.
Tantos tormentos
en esa Cruz,
solo por darnos (bis),
Vida y salud (bis)
ARIA A JESÚS NAZARENO
Por la calle Amargura postrado
va el Divino Jesús Nazareno,
con la Cruz que le rompe los hombros,
con la sangre que baña su cuerpo.
Manantial de perdón son sus ojos,
su mirada es paciente y serena,
de sus labios contritos y heridos
no ha brotado siquiera una queja.
Y camina en silencio, camina,
es un lirio morado entre abrojos,
es un lirio al que abrazan las llamas
del terrible rencor y del odio.
Al caer lo conforta la brisa
de la triste y callada mañana,
con suspiros que arranca a las piedras,
con caricias que enjugan su cara.
Y de nuevo camina despacio
inmolando a los hombres su vida,
¡sólo rompe el silencio de muerte
el dolor de su madre, María!
Y camina en silencio, camina,
es un lirio morado entre abrojos,
es un lirio al que abrazan las llamas
del terrible rencor y del odio.
Y camina en silencio, despacio,
va perdiendo a torrentes la vida,
¡Es un trémulo lirio morado
al que sigue llorosa María!
Música: Rafael Sánchez
Letra: Carlos Delgado.
SAETAS A JESÚS NAZARENO
Y a está Jesús bajo el arco
a las seis de la mañana
esperando a los pajizos
que le toquen la Diana.
Dice Cristo: a quién buscáis.
A Jesús el Nazareno,
y al decir Cristo yo soy,
todos a tierra cayeron .
Eres un lirio “morao”
“tronchao” por el vendaval
de un pueblo que te ha “negao”
y su gente sin piedad
con una cruz te han “cargao”.
Lleno de polvo y sudando
va caminando Jesús
sin fuerzas se va quedando
ya no puede con la cruz
Cirineo le va ayudando.
Cuando Jesús caminaba
las piedras sus pies herían
y la sangre que brotaba
claveles que florecían
el camino le adornaban.
El calvario está sembrao
de lirios y pensamientos
que son bálsamo sagrao
para aliviar los tormentos
que al Nazareno le han dao.
No hay quien me ayude a llevar
este madero tan pesao
que traigo los hombros muertos
y el cuerpo descoyuntao.
Cumpliendo nuestra misión
de querernos como hermanos
imploramos su perdón
para todos los pontanos
a Jesús, nuestro Patrón.
En la calle la Amargura
Madre e hijo se encontraron
qué cosas no se dirían
que hasta las piedras lloraron.
Los clavos que dispusieron
para enclavar al Señor
sin punta los escogieron
y como no podían entrar
golpes y más golpes le dieron.
Jesús ya no puede más
descalzo y sus pies sangrando
y a cada paso que da
una estela va dejando
de amor de gloria y de paz.
Con la cruz que te han cargao
y el peso del sacrificio
llevas el cuerpo encorvao
y esa chusma sin juicio
a muerte te ha condenao.
Puesto en la plaza de Roma
anunciaba el pregonero
que suelten a Barrabás
y amarren al Nazareno.
Dice Pilatos qué hacemos
yo no le encuentro delito
a quién queréis que soltemos
a Barrabás el maldito
o a Jesús el Nazareno.
Entre juncos hay una fuente
un carpintero cortó
un madero pesado y fuerte
que al Calvario llevó
ese Cordero inocente. 58
LAS REVERENCIAS
Sé que tú me entiendes sin tener que hablarte,
no guardo contigo secreto ninguno.
¿Qué podría esconder, dulce Nazareno,
cuando me atraviesa tu mirar profundo?
Pero ¿cómo explicar con simples palabras,
palabras humanas, palabras del mundo,
lo que siente mi alma en las reverencias
cuando ante tu imagen el martirio subo?
Ascienden los brazos; primer movimiento:
embriaga la mente cortina de humo,
sube a la garganta desde las entrañas
un áspero nudo,
y como un tiovivo
que corriese mucho
observo mi vida, contemplando los años
en que siendo niño vivía en mi terruño.
Un poco más alto. Segunda ascensión:
Te miro indefenso y me siento desnudo.
Recuerdo los rostros de los que me amaron
y llevé su luto;
y por un instante,
y por un segundo,
Detrás de tus ojos descubro a mi padre,
que me dice cosas con lenguaje mudo.
Y a solas contigo, te pido, Jesús,
cuando llegue al cielo mi tercer impulso,
nos sigas librando, como cada año,
de los infortunios;
protege a mis hijos
con tu santo escudo,
y bajo tus manos ampara a mi esposa,
calor y sonrisa de este hogar fecundo.
Y cuando mis brazos cansados desciendan
humille ante ti mi cabeza y mi orgullo,
no ya con los labios, sino con las lágrimas
cantaré tu triunfo.
Y otra vez, Jesús,
cuando estés ya oculto,
te diré que me dejes volver otros años,
por si acaso, Padre, de pesares sufro.
Santiago Reina López 59
TRES SONETOS A JESÚS NAZARENO
Cuando llena de angustia y desolada
mi alma, sin la Fe, se siente hundida,
siempre encuentro la calma de mi vida
en la paz de tu ermita sosegada.
Cuando hastiado de ver, ya no veo nada
y la senda de mi ser cruzo perdida,
siempre alzo mi vista dolorida
al camino de Amor de tu mirada.
Cuando sordo a la voz de mi conciencia
y ciega mi razón a toda luz,
cercado por las dudas, ya no veo…
Siempre vuelvo con pasos de inocencia
y al cobijo de la sombra de Tu Cruz
Te grito, de rodillas: SEÑOR, CREO…
Juan Ortega Chacón.
Son tus ojos, Señor, paz y dulzura,
serenidad y luz, sacra armonía,
resplandores del sol de mediodía
y caricias y frondas de hermosura.
Puros, como la nieve en la llanura.
Dulces, como panales de ambrosía;
y tan piadosos son, que en su agonía
hasta muriendo, miran con ternura.
Deja, Señor, que me consuma en ellos
y me abrase el calor de sus destellos
ya que nunca he dejado de quererte.
Y en tu mirada de perdón confío.
¡Que me miren tus ojos, Jesús mío,
cuando llegue la hora de mi muerte!
Agustín Rodríguez.
Aquí me tienes, Dios, a tus rodillas
abrazado y en ansias de tu altura.
Aquí me tienes, Dios, con mi locura;
cosido por amor a tus costillas.
Aquí tienes mis manos, amarillas
de tanto desangrase. Aquí la oscura
mancha de hombre que soy. Aquí la dura
corteza de mi tronco. En tus orillas
de océano sin fondo hundo el remo
sin saber por qué ruta he de buscarte.
Dime cómo he de hacer la travesía
y apágame este ansia, porque temo
que equivoque la ruta para hallarte
y me pierda en el mar de mi agonía.
Lorenzo Aguilar Estrada